Letiti Pastelería: desde un mini departamento al próspero negocio en San Isidro

Fuente: Somos Pymes – Dialogamos con Sofía Lacentre, gerente General de Letiti, que a fuerza de buena calidad en la materia prima logró sortear la pandemia para crecer.

Desde una pequeña cocina en un departamento hasta un próspero negocio en Acassuso, San Isidro, Letiti ha recorrido un camino lleno de pasión y dedicación. Sofía Lacentre, la mente maestra detrás de esta deliciosa empresa, comparte con Somos Pymes la inspiradora historia de cómo surgió Letiti Pastelería, los secretos de su éxito y los planes de expansión que prometen endulzar aún más los días. Lee además

– ¿Cómo surgió la idea de la empresa?

Letiti nació en el año 2011. Con el nacimiento de mi primer hijo sentí la necesidad de empezar algo propio y de dedicarme a lo que siempre había amado hacer, que es cocinar. Así que hice un curso de pastelería en la escuela Gato Dumas, para afianzar algunos conocimientos autodidactas y perfeccionarlos. Empecé a cocinar en la cocina de mi departamento, que era realmente diminuta. Luego, con el tiempo y a medida que el proyecto fue creciendo, se asociaron Vicky, mi hermana y por último, hace ya 4 años, Tiki, una amiga.

– ¿Cuál es el modelo de negocio?

Hacemos pastelería tradicional con un especial cuidado de la elección de las materias primas y la presentación de los productos. Apuntamos a un público al que le gusta comer rico, darse gustos, y quedar bien con sus invitados ofreciendo tortas y minis riquísimos en sus eventos y festejos. También hacemos tortas personalizadas y mesas dulces para eventos sociales y corporativos.

– ¿Cuáles son las claves que sirvieron para solidificar el negocio?

El negocio creció porque nunca bajamos la calidad de nuestros productos y siempre hacemos foco en la atención personalizada. Hacemos todo lo posible para que nuestros clientes se lleven exactamente lo que estaban buscando. Trabajamos mucho y hacemos todo con mucho amor y dedicación, y eso el cliente lo nota, por eso vuelve, siempre vuelve. Tenemos clientes que nos siguen comprando desde que empezamos allá en el 2011. Eso lo dice todo.

– ¿Cómo es la actualidad y cómo proyectan la expansión de la marca?

Actualmente nuestro local está en Acassuso, San Isidro. En el local hacemos venta al público y también tenemos nuestra cocina donde elaboramos todos nuestros productos. En el mes de mayo hicimos el lanzamiento de una nueva unidad de negocios «Letiti Frozen», pastelería lista para hornear, que es algo que nos entusiasma mucho y tuvo muy buena repercusión. Comenzamos a comercializar nuestras cookies freezadas, son 5 sabores y el paquete tiene 8 unidades. Es una solución para quienes quieren tener algo rico para hornear y consumir en solo 20 minutos.

Cómo hizo esta Pyme para pasar de importar piezas para motos a tener una fábrica de 30.000 metros cuadrados

Fuente: IProfesional – Desde sus inicios con el boom de la moto Puma, la empresa familiar Okinoi se destaca por su visión estratégica en el ámbito empresarial pyme.

Okinoies una empresa familiar que innovando e invirtiendo en infraestructura, supo ganarse su espacio en la industria demotos y repuestos en Argentina. Fundada en la década del 60 por Abraham Visokolskis, la firma de origen cordobés fue evolucionado para adaptarse a los cambios del mercado y las necesidades de sus clientes. Hoy en día, está dirigida por Alejandro Visokolskis y su hijo Agustín, quienes como parte de la segunda y la tercera generación, continúan con el legado familiar mientras miran hacia el futuro.

«Mi papá no pudo estudiar, por lo que su ambición fue siempre que sus hijos tuviéramos lo que él no tuvo; teníamos que ser profesionales», cuenta Alejandro, quien gracias a esa posición de su padre, eligió ser ingeniero mecánico aeronáutico; su hermano, licenciado en Ciencias Económicas, y su hermana, matemática y filósofa.

Abraham Visokolskis era ayudante en una peletería de Israel, país al que viajó desde Argentina para colaborar con la sociedad y el Estado israelí. Allí conoció a su esposa y tuvieron a su primer hijo, pero de allí regresaron juntos a la provincia de Córdoba cuando estalló la Guerra de los Seis Días.

Con una familia a cargo y viendo cómo reinventarse, Visokolskis vislumbró una oportunidad cuando salió al mercado la moto Puma de Industrias Aeronáuticas Mecánicas del Estado (IME) con un éxito arrasador tras convertirse en un medio de transporte económico de los trabajadores asalariados. Visokolskis aprovechó el éxito de la moto inaugurando un negocio de repuestos, primero como minorista y poco después como mayorista.

Esta transición marcó el inicio de lo que sería una exitosa trayectoria en el mundo de las motopartes. Con una clara visión de futuro, Visokolskis se asoció para ser la pata comercial de Luján Hermanos, la metalúrgica que a fines de los 60 se había hecho cargo de la fabricación de motopartes y del ensamble de las  motos Puma.

En Okinoi -que es una combinación de los nombres de dos perros- padre e hijo trabajaron juntos desde 1984, cuando Alejandro se recibió de ingeniero hasta 1987, tras el fallecimiento repentino de Abraham; dejando un vacío tanto personal como empresarial.

 Alejandro Visokolskis y su hijo Agustín, quienes como parte de la segunda y la tercera generación

Alejandro Visokolskis y su hijo Agustín son los responsables de continuar la empresa familiar fundada con la ola de las motos Puma

Legado familiar y 3 generaciones al frente de la empresa

Alejandro Visokolskis (63), quien en ese entonces tenía 27 años, en pleno duelo tomó las riendas de la empresa. Este cambio no fue sencillo: por un lado, tuvo que superar una pelea con su hermano mayor, quien finalmente decidió dejar la empresa y seguir su camino y, por otro lado, reinventarse en medio de la hiperinflación que ahogó la economía. «Yo no tenía local ni tenía casa propia, solo tenía un auto que solo lo usaba para ir a ver a los clientes y con mi señora, recién casados, usábamos una motito de 50 cc. Me juré nunca tocarle ni un dólar a mi mamá y lo hice; creo que tuve muchísima suerte porque la realidad es que soy bastante impulsivo, primero hago y después corrijo», reflexiona Alejandro.

Sin embargo, Alejandro había tomado una decisión: iba a seguir el legado de su padre y, a toda costa, refundar la empresa. «Hasta los 90 fue un caos, la pasé mal hasta que decidí tomar la posición de ser práctico y salí a explorar el mercado. Ahí me di cuenta de que los fabricantes no innovaban, siempre hacían lo mismo y empecé a viajar y ver cómo se trabajaba en el exterior», cuenta a iProfesional

Con una clara lectura del contexto país de los noventa y empapado de los modos de hacer que conoció recorriendo fábricas de oriente, Alejandro cambió el modelo de negocio y, sin dejar de fabricar algunas piezas, comenzó a importar otras desde Oriente, lo que permitió a la empresa mantenerse competitiva y diversificarse. Eso sí, explica, eran piezas hechas a medida de lo que el mercado argentino necesitaba; es decir, no más repuestos genéricos.

«En aquel entonces comprar las máquinas para fabricar era imposible porque eran extremadamente caras. Por lo tanto, viajé con mis dibujos y planos para mostrarles a los chinos lo que quería y ellos lo hacían. Es decir, no fui a comparar lo que había, fui a comprarles lo que no estaba hecho y el mercado argentino necesitaba», remarca el empresario, quien con esta decisión se vio favorecido cuando en 1991 llego el Plan de Convertibilidad.

Con los años la industria se fue globalizando cada vez más e invertir en maquinaria para poner una planta ya no era algo impensado y en 2007, Okinoi invirtió en una planta y haciendo honor a su título de ingeniero, Alejandro empezó a producir y sustituir importaciones. «Era una planta chiquita, pero yo quería estar en el juego. Pero no me casé con ninguna línea de fabricación; yo no quería ser la fábrica de tuercas, sino de un montón de partes. El plan fue armar un modelo de industrialización competitivo más allá del modelo proteccionista que decidiese tomar el país», aclara.

Actualmente, desde su planta de 30.000 metros cuadrados donde trabajan unas 80 personas, fabrican repuestos para motos como cascos, piezas plásticas y baterías, y en menor medida, motos. «Si bien tenemos algunos pocos modelos de motos, no es nuestra principal unidad de negocio porque la decisión es no competir con nuestros clientes. Las tenemos ahí para cuando sea necesario. Nosotros más que en producto terminado invertimos mucho en infraestructura, por lo que, si el día de mañana el negocio de venta de motopartes fracasara, pasar a la fabricación de motos no nos costaría mucho, sería bastante fácil», remarca el empresario orgulloso de su decisión de negocio.

Aunque fabrican algunos modelos de motos, Oknoi se centra el la fabricación de motopartes, sin embargo y de ser necesario, la empresa està preparada para pasar de una unidad de negocio a otra sin problema

Aunque fabrican algunos modelos de motos, Okinoi se centra en la fabricación de motopartes. Sin embargo, y de ser necesario, la empresa está preparada para pasar de una unidad de negocio a otra sin problema

En 2022, un incendio afectó parte de la planta, lo que representó un desafío significativo para la empresa. Sin embargo, Alejandro no solo reconstruyó la planta, sino que invirtió 5 millones de dólares, tres millones más de lo necesario, con la idea de cuadruplicar la producción y agregar nuevas líneas, como la de poliestireno expandido (telgopor) para la producción de cascos.

«Nuestra historia está marcada por la adaptación y la innovación. Hemos pasado de ser una pequeña empresa familiar para convertirnos en un jugador clave en la industria de repuestos en Argentina. Miramos hacia el futuro con optimismo y estamos comprometidos a seguir ofreciendo productos de alta calidad a nuestros clientes.»

Por su parte, Agustín Visokolskis (29), el futuro heredero de la empresa familiar, dice que se siente tranquilo con la tarea que sabe que le va a tocar: «Así como mi abuelo formó a mi padre de chico, yo también crecí con la cabeza puesta en la empresa desde lo subjetivo y también desde la preparación profesional», dice Agustín, quien trabaja acompañando a su padre desde 2018, luego de haberse recibido de la carrera de administración de empresas.

Okinoi es un claro ejemplo de cómo una empresa familiar puede innovando e invirtiendo en infraestructura, evolucionar y prosperar a lo largo de las décadas, adoptándose a las necesidades del mercado de motos y repuestos, por un lado, y, a las políticas económicas del país, por el otro.  Con una historia rica y un futuro prometedor, Alejandro y Agustín adelantan que tienen planes ambiciosos para el futuro de la empresa, y con una sólida base familiar, Okinoi está bien posicionada para continuar su crecimiento y expandirse aún más en el mercado internacional.

Emprendedor: dejó de ser contador y creó un gallinero para tener en cualquier casa que es furor

Fuente: La Nación – Luis Gómez Llambi desarrolló una suerte de casita para “volver al gallinero de los abuelos”; se presentó en la Rural.

Con 52 años, Luis Gómez Llambi sabe que en la vida las oportunidades hay que aprovecharlas cuando se presentan y, si hay que dar un volantazo para volver a empezar, siempre vale la pena. Hace unos días llegó de Carlos Casares, provincia de Buenos Aires, para mostrar su emprendimiento en la 136º Exposición Rural de Palermo: el gallinero móvil.

Cada vez que alguien se acerca para interiorizarse de ese pequeño galponcito de un metro por un metro que viste el stand en la muestra, con mucho entusiasmo cuenta su historia de vida. “Soy contador, pero hoy nada queda de eso. Hace tiempo que no tengo nada que ver con liquidar impuestos en un estudio y solo el campo es mi centro”, dice a LA NACION entre risas.

Con esa frase comienza a describir su historia cercana al campo y no tanto. “De chico, con el campo nunca tuve relación, solo cuando acompañaba a mi viejo, que trabajaba en una consignataria de hacienda, a los remates feria del pueblo o yendo de campo en campo juntando hacienda para armar las jaulas para vender. Y me encantaban las matemáticas y antes, si te gustaban las matemáticas, tenías que ser contador. Y así fue: estudié esa carrera”.

Según describe, el gallinero es como para cuatro gallinas, dependiendo de cuánto uno le dé para pastorear y las deje sueltas. Se puede colocar alrededor una cerca eléctrica o un cerco de red plástica. Es móvil, tiene ruedas y totalmente desarmable: “Con una llavecita se arma como un mueble que se compra en un supermercado”
Según describe, el gallinero es como para cuatro gallinas, dependiendo de cuánto uno le dé para pastorear y las deje sueltas. Se puede colocar alrededor una cerca eléctrica o un cerco de red plástica. Es móvil, tiene ruedas y totalmente desarmable: “Con una llavecita se arma como un mueble que se compra en un supermercado”Tadeo Bourbon

Ya recibido volvió a su pueblo natal y puso un estudio contable con un socio. Un día, años atrás, se presentó un cliente que tenía una fábrica de herrajes para mangas, bisagras para tranqueras, tranquerones de cricket y otras herramientas, para que le lleven los papeles.

“Demetrio es un rumano que llegó siendo muy pequeño con sus cinco hermanos en un barco muy grande pero en el viaje fallecieron sus papás. Así que fueron repartidos a quien los pudo llevar y él cayó en Casares con una familia, donde creció. Se hizo vendedor de una fábrica de bisagras y después armó su propia fábrica. Desde un primer momento, lo adoramos. Ya lo agarramos en el final de su vida económica y así que, cuando en 2006 puso en venta su fábrica, se la compramos. Para homenajear a este buen hombre pensamos que lo era mejor era ponerle Metalúrgica Don Demetrio”, describe.

Luis Gómez Llambi en su stand en la 136º Exposición Rural de Palermo
Luis Gómez Llambi en su stand en la 136º Exposición Rural de PalermoTadeo Bourbon

En un principio, la vida de Gómez Llambi se dividía en trabajar como contador y la metalúrgica: “A la par, mantenía ambos trabajos. Pero en una de esas crisis de la vida, en 2014, hace 10 años, abandoné la profesión y arranqué solo con esto a fondo. Sentía que el campo era algo que tenía pendiente en mi historia”. Dos años después también incursionó en la ganadería, comprando sus primeras vacas y alquilando unas pocas hectáreas pero, “muy profesionalizado” a través de una producción regenerativa.

En los carros más grandes se puede tener hasta 600 gallinas ponedoras
En los carros más grandes se puede tener hasta 600 gallinas ponedoras

Un día se presentó en el local un cliente, Santiago De Bernardi, y le hizo un pedido muy particular: un comedero para gallinas: “Quería un comedero de gallinas y yo ni sabía nada de nada del tema. Luego me pidió unos nidos y después el carro. Y tal fue la repercusión en redes sociales que comencé a fabricarlos”

E inmediatamente fue un furor. “En la fábrica pasamos de hacer solo de bisagras y herrajes y de tanto en tanto algún gallinero a que hace un año estamos todo el día haciendo las dos cosas”, explica y agrega que solo hacían los grandes de hasta 600 gallinas: “Pero hace cuatro años, en época de pandemia, surgió la posiblidad de hacer uno pequeño para que una familia lo tenga en el patio de su casa”.

Hoy en la fábrica trabajan 10 operarios y personas con foco en el “producto estrella: el gallinero portátil familiar”.

“Es volver al gallinero de los abuelos, de cuando éramos chicos y en el patio trasero de la casa había gallinas ponedoras. La pandemia hizo que toda la gente tenga su pequeña huerta, y para complementar está este gallinero”, señala.

El gallinero hogareño tiene capacidad para cinco gallinas y permite abastecer de huevos frescos una familia tipo: accesible para que los niños se diviertan y aprendan, desarmable, liviano y móvil y permite el pastoreo de gallinas en su propio cerco
El gallinero hogareño tiene capacidad para cinco gallinas y permite abastecer de huevos frescos una familia tipo: accesible para que los niños se diviertan y aprendan, desarmable, liviano y móvil y permite el pastoreo de gallinas en su propio cerco

Según cuenta, el gallinero es como para cuatro gallinas, dependiendo de cuánto uno le dé para pastorear y las deje sueltas. Se puede colocar alrededor una cerca eléctrica o un cerco de red plástica. Es móvil, tiene ruedas y totalmente desarmable: “Con una llavecita se arma como un mueble que se compra en un supermercado”.

A la hora de promocionar su producto, dice que existen tres razones para tenerlo: “Ingreso diario: recolectás y vendés huevos todos los días, es decir habrá dinero constante en tu bolsillo; cuidar gallinas es muy fácil, requiere de poco trabajo y es accesible para todo y; por último las gallinas enriquecen la tierra, mejorándola gracias a su intervención natural”.

Personal y profesionalmente, para Gómez Llambi, es un momento excepcional en su vida. “Del contador solo quedó una herramienta hermosa para hacer ahora lo que me gusta. Pero no hay chance de que alguna vez vuelva a un estudio contable. Me enamoré del sector, de andar por el campo, al aire libre y no me quiero ir más de este lugar que es mi lugar en el mundo”, finaliza.

Tiene 34 años, es emprendedor serial y ya creó dos empresas exitosas

Fuente: Ámbito – Se llama José Luis Petracca y su formación arrancó de muy chiquito y nunca se detuvo.

José Luis Petracca (34 años) dirige Nerds With Attitude, una agencia de publicidad digital fundada en 2017. Este año creó MiComu.com, una plataforma que busca conectar marcas con revendedores y fomentar la industria nacional.

Desde muy chico, Petracca tuvo acceso a una computadora. Con tan solo 7 años, tenía internet en su casa y un amigo de su hermana le enseñó a usar un mensajero instantáneo previo a ICQ.

Su formación arrancó de muy chiquito y nunca se detuvo, siguió diseñando y programando páginas web para conocidos y comenzó a profesionalizarse en publicidad digital para ecommerce

Comenzó a estudiar Minería de Datos en la Universidad de Buenos Aires y tuvo la posibilidad de ser Director de Marketing y Business Intelligence en Emporio Commerce, donde armó todo un sistema de análisis de datos de Mercado Libre.

Este año creó una plataforma que busca conectar marcas con revendedores y fomentar la industria nacional. MiComu.com se lanzó en mayo de este año como una solución para aquellos que necesitan generar un ingreso o desean entrar al mundo de las ventas por catálogo sin necesidad de tener que hacer una inversión inicial en mercadería.

La plataforma permite a los revendedores registrarse de forma gratuita, proporcionando un efectivo canal de ventas y una surtida oferta de productos de bazar, belleza y hogar para vender.

“Los productos no son de marcas famosas porque ellas ya tienen, en general, su propia tienda online o su red de revendedoras desarrollada, pero sí trabajamos con bazares grandes, productores locales y ahora como hay muchos también con importadores, pero la idea es enfocarnos en la industria nacional”, explica Petracca.

El emprendedor reinvirtió las ganancias que pudo generar con otro de sus emprendimientos, unos u$s10.000.

Su objetivo es generar confianza y ofrecer una oportunidad de negocios a personas que necesitan reincorporarse al mercado laboral, generar un ingreso extra y fomentar el consumo de productos nacionales.

MiComu.com ya cuenta con 450 revendedores a nivel nacional.

Aunque el proyecto aún no alcanzó su punto de equilibrio ni espera generar dividendos en los próximos años, Petracca tiene ambiciosas proyecciones: confía en que va a alcanzar los 200.000 revendedores, con 20.000 de ellos activos, para el año 2027

MiComu.com es una plataforma innovadora que combina tecnología y visión social para crear oportunidades de ingresos y fomentar la industria nacional para hacer frente a los desafíos del mercado laboral y de la economía.

Emprender en Argentina es un desafío enorme y necesita de adaptación constante en el ambiente empresarial del país pero, según Petracca, es posible.

De músico de una banda de rock del conurbano, a CEO de una exitosa empresa de alimentos

Fuente: IProfesional – Los fines de semana, Darío Botte es guitarrista de Felipe Barrozo, exmiembro de Intoxicados y, desde hace 13 años, lidera su propia empresa de alimentos.

Darío Botte (42 años) es un hombre multifacético: guitarrista de Felipe Barrozo, legendario músico de la popular banda Intoxicados, fundador y CEO de Trigal, una empresa de alimentos congelados. Con una carrera que combina la pasión por la música y el espíritu emprendedor, logró transformar su pequeña distribuidora en una empresa productora con tres plantas, más de 100 empleados y que en 2023 facturó $5.000 millones.

La vida de Botte con 20 años era la típica de un joven del conurbano bonaerense apasionado por la música: la guitarra al hombro, las juntadas con los amigos del barrio y después con los de la banda, yendo de bar en bar a compartir la potencia de sus acordes. «Hasta que un día mi vieja me dijo que todo bien con la música, pero que había que trabajar. Claro, yo me crié en Glew y vengo de una familia muy humilde donde nada sobraba y había que salir a ganarse el mango», cuenta.

Obedeciendo a su madre, pero sin abandonar la música ni los escenarios, Botte salió a buscar trabajo e ingresó al equipo de ventas de Pillsbury, una multinacional de alimentos. Allí estuvo nueve años y durante ese periodo, donde llegó a ser jefe de ventas, logró alquilar su primer departamento, pagar sus estudios universitarios y recibirse de licenciado en administración de empresas. Además, en esos años, mientras dejaba atrás al adolescente que fue, otro sueño empezó a gestarse en él: tener su propia empresa. «Era muy bueno vendiendo y conocía muy bien el mercado. ¿Por qué trabajar para otros si podía hacerlo para mí?», se preguntaba.

Con esta idea en mente y, reitera, sin jamás abandonar la música ni los escenarios, renunció a la multinacional y, con el poco dinero que logró juntar, en 2011 fundó Trigal. Por supuesto, cuenta Botte, no era estrictamente una empresa, sino más bien un pequeño emprendimiento fundado con los pocos pesos que había logrado juntar de su sueldo y su auto. Trigal, no era más que Botte recorriendo las calles de Buenos Aires revendiendo medialunas congeladas a comercios minoristas. «Fue como tirarme a un precipicio, volver a foja cero, aunque con algunas ventajas que hicieron la diferencia: mucha experiencia, conociendo los procesos de una multinacional y contactos de mercado. Igualmente, corría todas las pelotas; atajaba y cabeceaba», remarca.

De músico de una banda de rock del conurbano, a CEO de una exitosa empresa de alimentos

Sin mentores ni inversores que lo orientaran o ayudaran, cometiendo errores y superando todo tipo de desafíos, al año contrató a su primer empleado y poco a poco fue sumando más a la par que aumentaban los clientes, los comercios minoristas, por un lado, y los productores de alimentos congelados por el otro. Trigal, explica Botte, era una distribuidora que abastecía a los comercios minoristas desatendidos por las grandes empresas multinacionales: desde pequeños supermercados y estaciones de servicio, hasta hoteles y restaurantes o bares.

Aunque el emprendimiento tomaba forma, había algo que a Botte le hacía ruido y lo desvelaba por las noches. Tenía una marca, tenía un logo, pero nadie lo conocía. Como intermediario entre productores y comercios, aunque en un rol clave, había quedado a las sombras. «Yo quería llevar medialunas en una caja con el nombre Trigal, quería mi marca y mi propio producto», cuenta.

De distribuidor a productor

Fue así como Trigal dejó de ser una distribuidora para convertirse en una empresa elaboradora de sus propios productos, primero a fasón y, desde hace tres años, bajo la dirección de un ingeniero en alimentos, desde tres plantas propias ubicadas en Avellaneda, en el Parque Industrial de Ezeiza y Escobar. Esta última, de tartas y empanadas, que compró en 2023 en funcionamiento con empleados y todo.

A 13 años de su fundación, en Trigal, donde trabajan unas 110 personas, se producen unas 170 toneladas por año de 60 variantes de alimentos que van desde medialunas, tartas y empanadas hasta pan, donuts y chipa; todo ultracongelado. «Este modelo de negocio nos permite mantener un precio justo, porque, sin resignar calidad, podemos tener un control sobre los costos de producción y, además, porque los productos salen directo de fábrica sin intermediarios y a todo el país», remarca Botte, quien cerró el 2023 con una facturación de unos $5.000 millones.

Arracó revendiendo medialunas congeladas en su auto y ahora lidera una pyme con tres plantas de producción y abastece a más de 2000 comercios minoristas del país

Arracó revendiendo medialunas congeladas en su auto y ahora lidera una pyme con tres plantas de producción y abastece a más de 2000 comercios minoristas del país

Durante un tiempo, Trigal funcionó en Miami (Estados Unidos), pero cuando por la pandemia su negocio, como muchos que se concentran en el canal B2B, se desplomó, y entonces decidió poner toda la energía en sostener la empresa y los sueldos de sus empleados en el mercado local. Ahora, más establecidos, Botte vuelve a mirar el mercado externo. «Ya tengo registrada la empresa en Chile y estamos en proceso de certificación de unos productos para empezar, en uno o dos meses, a poder mandarlos», adelanta.

Actualmente, Trigal abastece a unos 2.000 clientes en Argentina y, si bien Botte reconoce que hay una caída del consumo, la empresa no cae. «Trabajamos mucho en canibalizar el mercado, es decir, si un cliente se cae salimos a buscar otros de la competencia y así nuestro canal termina creciendo. Yo soy optimista, creo que siempre hay una oportunidad: cuando hay una crisis con una caída muy fuerte, uno revisa más los precios y los gastos. Por lo tanto, nuestros clientes o potenciales prospectos están buscando proveedores alternativos y es ahí donde nosotros, con el diferencial  precio, podemos entrar», señala Botte con relación al contexto actual.

Sin jamás abandonar la música ni bajarse de los escenarios

Eso sí, aclara nuevamente Botte, su carrera empresarial se fue desarrollando sin jamás abandonar la música ni bajarse de los escenarios. Mientras el empresario fundaba y desarrollaba Trigal, también fundaba Sexta a Fondo, su propia banda de rock donde, además de tocar la guitarra, es el cantante.

Desde hace dos años, Botte también es guitarrista de Felipe Barrozo, histórico miembro de la legendaria banda Intoxicados. Para Darío, no hay músico sin empresario ni empresario sin músico, y sencillamente puede pasar de tener una reunión de marketing o de producción a colgarse la guitarra al hombro, como a sus 20, e ir a grabar o salir de gira por el país. «Eso sí, a las siete de la mañana puntual estoy como todo el equipo trabajando en la fábrica», aclara.

El barrio y el rock le ofrecieron a Botte su mejor versión de liderazgo para su empresa, un liderazgo de cercanía, humanizado y que le permite ser unos más entre sus 110 empleados

El barrio y el rock le enseñaron a Botte la mejor versión de liderazgo para su empresa, un liderazgo de cercanía, humanizado y que le permite ser unos más entre sus empleados

Para Botte, el liderazgo, o por lo menos el modelo de liderazgo con el que se identifica, es «sostener una cercanía honesta con la gente, siendo uno más«. De hecho, cuenta que, como otros ejecutivos de ventas del equipo, él también tiene su cartera de clientes a los que atiende personalmente. «También me gusta hablar directamente con cada una de las personas que integran Trigal. Cuando hay un problema, prefiero acercarme, charlar y ver juntos cómo juntos podemos mejorar. No soy el líder que da órdenes, soy uno más», dice el empresario, quien además emplea a su madre y su hermana.

Botte relaciona este tipo de liderazgo con sus orígenes, la vida en el barrio y el rock and roll que, reflexiona y, en sus propias palabras, lo humaniza. «Yo vengo del mismo lugar de donde son los chicos y cuando hablamos de música o me dicen que me fueron a ver tocar, hablamos el mismo idioma; me siento en mi hábitat en todos los aspectos. Me siento más raro sentado con un tipo que se me hace el corporativo porque yo no tengo ganas de zaraza», explica.

Reflexionando sobre su vida y recordando a su madre cuando le pidió que deje la guitarra y que saliera a trabajar, Botte les dice a los jóvenes que sueñan con ser músicos, que una cosa no quita a la otra, que con pasión y dedicación es posible equilibrar ambos mundos y que no hay límites cuando se trata de seguir los sueños. «Laburen y sigan tocando; no desistan de ninguno de sus sueños», concluye el fundador de Trigal y guitarrista de Intoxicados.

Tromen: la historia de la Pyme que nació en un balcón y hoy lidera el negocio de salamandras

Fuente: IProfesional – Con casi 50 años y una refundación en la crisis de 2001, la empresa siente que están bien posicionados para enfrentar los desafíos y mantener su liderazgo.

La antesala de las salamandras Tromen es Herrería Parque. En 1978, con tan solo 22 años, Mario Remondino comenzó a realizar trabajos de herrería desde el balcón de la casa de sus padres en el barrio de Villa Devoto. Sus habilidades como técnico electromecánico y herrero, adquiridas en el colegio técnico, le permitieron empezar con proyectos sencillos como rejas, portones y puertas para los vecinos. Lo que nunca se imaginó es que estaba fundado una pyme que le daría trabajo a más de 200 personas y reversionaría la manera de calefaccionar los hogares argentinos. Con varios proyectos en carpeta, hoy se encuentra preparando su estrategia para enfrentar la apertura de las importaciones, que se espera que se masifique en el corto plazo.

A todo Mario le dijo que sí. Si sabía cómo hacer lo que le pedían, genial, si no aprendía y lo hacía o lo tercerizaba, pero a ningún pedido de ningún cliente le dijo que no. Así, el negocio rápidamente creció, y Mario se mudó de su balcón a un galpón de 300 metros cuadrados en San Martín, Provincia de Buenos Aires, donde estableció su taller, Herrería Parque. Para mediados de los noventa, la empresa ya contaba con empleados y una diversa cartera de clientes que incluía no solo a particulares, sino también a constructoras, estudios de arquitectura y grandes empresas como Cencosud, para la cual fabricaban los frentes de góndolas entre otros trabajos a medida.

A pesar del crecimiento constante y la acumulación de proyectos, la crisis económica de 2001 golpeó duramente a las pymes argentinas, y Herrería Parque no fue la excepción. La actividad cayó drásticamente hasta casi no tener proyectos en los que trabajar. Sin embargo, sin perder el espíritu emprendedor, Remondino convocó a su equipo y, con la idea de pasar el invierno, los puso a fabricar unas salamandras basadas en un modelo importado que había visto y que le pareció carísimo y fácilmente fabricable.

Con la salamandra, Remondino esperaba superar la crisis y luego volver a su actividad habitual. Aprovechando la oportunidad, también invirtió en un nuevo taller de unos 1000 metros cuadrados, creyendo que lo dejaría mejor parado para cuando volviesen tiempos mejores. Fue allí donde se fabricó la primera Tromen, la primera de las 80.000 anuales que hoy, 23 años después, fabrican.

Cuando a comienzos del milenio lanzaron las primeras salamandras Tromen, la empresa tuvo que salir a explicar que las suyas eras más efectivas, amigables con el medio ambiente y estéticas

Cuando lanzaron las primeras salamandras Tromen, la empresa tuvo que salir a explicar que las suyas eras más efectivas, amigables con el medio ambiente y estéticas

«Hicimos dos prototipos, los cargamos en el asiento trasero de un auto y salimos a ofrecerlos. Esto para nosotros fue algo totalmente nuevo porque no solamente empezábamos a hacer un producto estándar, sino que además nos dirigíamos por primera vez al consumidor final«, cuenta Facundo Cáceres, director de Comunicación de la firma, quien trabaja en la empresa desde 1997.

Casi no tiene historia porque duró pocos días, pero Cáceres confiesa a iProfesional que la marca de las primeras salamandras en realidad fue El Andén, una marca que tenían porque la empresa se había dedicado a la restauración de vagones de tren.

«Es anecdótico porque casi no la usamos, pero nos sirvió para salir a la calle los primeros días. Después, en un brainstorming con una agencia de publicidad que contratamos surgió Tromen con relación al volcán neuquino», cuenta Cáceres.

En aquel entonces, recuerda el ejecutivo, hablar de calefacción a leña estaba más relacionado con lo rural, con lo antiguo e incluso no estaba bien visto. Por lo que había que salir a explicar y convencer de que sus salamandras eran más efectivas, ecológicas y estéticas. De hecho, pronosticaron que no venderían más de una docena, pero durante el primer año fabricaron y vendieron unos 50 equipos; un número muy bajo respecto a los actuales, pero que a la pyme le sirvió para validar el producto y, no menor en aquel entonces, sostener la actividad y el trabajo de sus 10 empleados.

La idea era pasar la crisis y volver a su actividad orginal, pero el éxito de las Tromen los llevó a cambiar el modelo de negocio y hoy producen unas 80.000 salamandras por año

La idea era pasar la crisis y volver a su actividad original, pero el éxito de Tromen los llevó a cambiar el modelo de negocio para hoy producir unas 80.000 salamandras por año

Cuando el país empezó a salir de la crisis, los pedidos de trabajos a medida de las empresas empezaron a llegar otra vez a Herrería Parque. Sin embargo, a las salamandras ya le habían tomado cariño y no las abandonaron. Las dos actividades convivieron en la empresa hasta que en 2004 ingresó a trabajar Mariano, el hijo de Mario. Con su ingreso, relata Cáceres, las salamandras Tromen pasaron a ser el corazón del negocio y cada departamento de la empresa y cada presupuesto que se armó, se destinaron a agregarle valor a este producto. Tecnología, diseño, marketing, desarrollo de marca y canales de distribución; todo se alineó para que Tromen despegue en el mercado argentino, desde Ushuaia a La Quiaca.

Bajo la premisa de calidad e innovación, con el tiempo, y para superar la estacionalidad del producto, la empresa fue lanzando nuevos productos. No solamente más modelos de salamandras y calefactores, sino también parrillas, asadores y hornos para su línea Gourmet y, más recientemente, mobiliario que va desde mesas y banquetas hasta carros leñeros y vinotecas.

Actualmente, bajo la gerencia general de Mariano Remondino, Tromen funciona en seis galpones de una planta de unos 13.000 metros cuadrados en el Parque Industrial del Oeste (Moreno). Desde allí,procesan unas 600 toneladas de chapa por mes y, sin necesidad de tercerizar ninguna de las etapas de producción, hacen más de 7.000 unidades de productos por mes que se distribuyen entre unos 3500 puntos de venta en todo el país.»La empresa emplea a unas 260 personas y somos líderes con alrededor del 60 % del market share», dice orgulloso Cáceres.

Alrededor del 4% de los productos Tromen hoy además se exportan a 17 países desde España hasta Estados Unidos, a pesar de no ser tan competitivos. «Es un sueño, pero además nos sirve para estar siempre puertas adentro al nivel de los requerimientos de calidad del mercado externo», explica.

De la Antártida a la Quiaca con salamandras, parrillas, asadores y mobiliario para todo el año como respuesta a la premisa de diversificación

De la Antártida a La Quiaca con salamandras, parrillas, asadores y mobiliario para todo el año como respuesta a la premisa de innovar con calidad y diversificar

Desafíos y lo que puede llegar a ser

El año pasado, la empresa diseñó diferentes caminos a tomar en función de las elecciones presidenciales. Sin embargo, confiesa Cáceres, nunca imaginaron el escenario C, que es el que finalmente se terminó dando con el triunfo de Javier Milei.

«Para los otros escenarios, como de alguna manera ya los habíamos experimentado a lo largo de la historia de la empresa, teníamos un escenario más o menos cómodo. Pero el C era algo nuevo, una incógnita que nos obligó a repensarnos porque no estábamos preparados», explica Cáceres.

Como respuesta entonces al escenario actual, la pyme relanzó productos que apuntan a la base de la pirámide con un precio más accesible. La línea Austral, Pehuén y la salamandra ECO que con un precio de $189.000 es, según Cáceres, la más económica del mercado. «Ese precio está congelado para todo el invierno, desde el 21 de junio hasta el 21 de septiembre. Hoy con una factura de gas pagas la mitad de una salamandra», avisa.

Aunque la línea gourmet llegó a representar el 50% de los ingresos de la empresa, hoy, porque no satisface una necesidad primaria, pasó a segundo plano en la empresa y la línea de calefacción volvió al podio representando aproximadamente el 80% de los ingresos.

Frente al posible desembarco de competidores internacionales, Tromen ya está desarrollando nuevos productos y diseñando un plan para internacionalizarse en 2030

Frente al posible desembarco de competidores internacionales, Tromen ya está desarrollando nuevos productos y diseñando un plan para internacionalizarse en 2030

«De todas maneras, creemos que esto responde a un momento puntual y, sin ir más lejos de solo este primer semestre del año, que está siendo muy duro para cualquiera de las líneas. Nuestro trabajo apunta a terminar el año equiparando otra vez las diferentes líneas, pero bueno, también hay que ver qué sucede con el país.», aclara Cáceres.

Actualmente, cuenta el ejecutivo, no tienen competencia de productos importados, sin embargo, atentos a la profundización de la apertura de las importaciones que se avecina, Cáceres adelanta que ya tienen preparados nuevos productos, además de los 20 que suelen lanzar por año, y tienen diseñado un plan para profundizar la internacionalización de Tromen para 2030.

Cómo funciona Discoverit.Store, el marketplace de las pymes argentinas (ya hay 4.000 cordobesas)

Fuente: Info Negocios (Por Rosana Guerra para RdF) – La plataforma de Discoverit.Store es un marketplace para comercios, donde se agrupan cientos de emprendedores y fabricantes con sus productos. Nació en 2022 y tiene sede en el barrio de Nuñez de la ciudad de Buenos Aires. Más de 46.000 pymes argentinas (de las cuales 4.000 son cordobesas), apostaron a este espacio virtual para conectarse con miles de comercios de cercanía de todas las localidades del país.

“Nuestra plataforma es un win win. A los vendedores, les damos la posibilidad de digitalizar sus productos, los ayudamos con la comercialización, con la logística e incluso con el feedback de sus productos”, explica Juan Degiovani, socio de Discoverit.Store junto a Juan Baldassarre. De esta manera pueden hacer foco en el desarrollo de sus productos, sin necesidad de invertir en pauta, en equipo comercial, de operaciones o de administración para gestionar los cobros. Además a los comercios se les brinda un ambiente seguro donde pueden comprar sin riesgos, donde van a encontrar variedad, calidad y precios para sumar productos nuevos.

En este espacio virtual cuentan con un equipo comercial que los ayuda a encontrar productos alineados con sus comercios, los mantienen informados de las novedades, los descuentos y las ofertas. “Queremos darles productos que los ayuden a competir y darles un valor agregado como comercio”, destaca Juan.

Comprar en Discoverit.Store es muy simple. Hay que registrarse y crear una cuenta y ya se puede comenzar a comprar. Se arma un carrito y luego se genera la orden. Cabe señalar que no es necesario pagar hasta que la misma no se encuentre confirmada con el vendedor. Tienen múltiples formas de realizar el pago, incluso dando financiación.

Para dar de alta a un vendedor, se verifica que el mismo esté inscripto, y que cumpla con todas las normativas que contemple la actividad. “Por ejemplo, los productos sin Tacc tienen que estar validados por Anmat. Se los entrevista, se verifica su identidad, se indaga sobre el packaging de los productos y luego se les da el alta. También se realizan controles de precios de forma recurrente.

A los comercios por el otro lado, se les solicita información sobre cómo se realiza la reventa de los productos, ya sean tiendas físicas o virtuales. Toda la información se valida y luego se aprueba o rechaza dicha validación (en los casos que se detecte que no se están comprando productos para la reventa).

La plataforma cobra una comisión del 15% por las ventas generadas que abona el vendedor.  A diferencia de Mercado Libre y otros Marketplace que están dirigidos a consumidores finales. Discoverit.store es la única plataforma con un foco 100% en la venta a comercios.

“Para este año, nuestro desafío es consolidarnos en Argentina, llegar a los 150 mil millones de ventas mensuales. Seguir desarrollando a los emprendedores y fabricantes de gran potencial que tenemos a lo largo y ancho del país, y darles a los comercios la oportunidad de competir con nuevos productos que les permita ganar clientes y márgenes”, adelantó Juan.

Argentina tiene la mejor mostaza del mundo: una empresa de nuestro país recibió un premio en EE.UU.

Fuente: Los Andes – La compañía Arytza recibió el principal galardón en el concurso organizado por el Museo Nacional de la Mostaza, ubicado en EE.UU. La empresa cuenta con una planta en el barrio porteño de Villa Ortúzar y otra en Neuquén.

La empresa Arytza se consagró con el máximo reconocimiento como Gran Campeón Global 2024 en el certamen de la Mejor Mostaza del Mundo, que se celebra anualmente en los Estados Unidos y cuenta con jurados de diversas partes del planeta. El producto es producido en Buenos Aires, utilizando materia prima cultivada en Neuquén.

Esta mostaza, de la variedad tipo Dijon, es una de las presentaciones clásicas de este condimento elaborado por Arytza, una pequeña y mediana empresa argentina que superó en este concurso a reconocidas marcas internacionales como Maille y Pommery, dos renombradas marcas francesas a nivel mundial.

Fundada hace casi una década, con una planta de producción en Villa Ortúzar, esta empresa especializada en condimentos y especias ha exportado más de 200 toneladas de su amplia gama de productos y está expandiendo su presencia en países como Estados Unidos, Alemania, Japón y Corea del Sur.

La marca argentina se coronó como la mejor mostaza del mundo.
La marca argentina se coronó como la mejor mostaza del mundo.

La empresa espera aumentar su negocio de exportación tras recibir el galardón. El año pasado, Arytza alcanzó una facturación de US$1,9 millones, y más del 20% de sus ventas provienen del mercado exterior, que experimentó un crecimiento del 40% en 2023.

“Muchas veces, la gente piensa que todo lo de afuera es mejor, desde el aceite de oliva, el vino o en este caso la mostaza. Y con el tiempo hay mucha producción local de alimentos de diferente clase y demuestra que desde la Argentina se pueden hacer excelentes productos”, dijo Mariano Carballo, uno de los socios de la empresa, en una entrevista a La Nación.

Carballo es cocinero de profesión, es el especialista en productos y se encarga de las recetas de la compañía, que cuenta hoy con alrededor de 30 empleados.

Es la primera vez que una empresa argentina es galardonada en el prestigioso certamen organizado anualmente por el National Mustard Museum, ubicado en Wisconsin, Estados Unidos. Este establecimiento ofrece y comercializa más de 6000 variedades de mostaza de todo el mundo y cada año organiza un concurso abierto con diversas categorías de este condimento. Un jurado evalúa y selecciona a los mejores productos en sesiones de cata a ciegas.

Arytza se destacó en la categoría Dijon, una de las más reconocidas a nivel mundial, y posteriormente obtuvo el premio principal en la fase en la que compitieron los ganadores de cada segmento.

Cuál es la mostaza de Dijon

Originaria de Dijon, una región en la Borgoña francesa, la mostaza se caracteriza por su alto grado de pungencia, que provoca un particular picor en la nariz, y se elabora exclusivamente con granos marrones. “El proceso de producción consta de seis etapas, desde la molienda y la hidratación de los granos hasta su maduración durante 72 horas, cuando alcanza su máxima pungencia”, explica Carballo.

Según el chef, las versiones Dijon y ‘Antigua’ (elaborada con granos enteros de mostaza) son las más populares entre las siete variedades de mostaza que ofrece.

Ingeniería industrial: cómo trabaja la pyme que ya le puso “fierros” a Grido, Pritty y Tecme

Fuente: Punto A Punto – Se trata de Depro Ingeniería y Arquitectura que desarrolla soluciones especializadas en construcción industrial. Llevan más de 140 proyectos ejecutados y se preparan para lanzar un nuevo producto tecnológico para empresas.

Depro Ingeniería y Arquitectura es la empresa cordobesa que apunta a ser un aliado para el crecimiento de las Pymes a través de la gestión y análisis de proyectos especializados en diseño y construcción de plantas industriales, logísticas y administrativas, es decir, en brindar servicios de ingeniería y arquitectura a empresas de diversos sectores.

Nació de la mano de Gustavo Radyk y Gonzalo Aguirregomezcorta hace 21 años -post crisis del 2001- y ya llevan más de 140 proyectos realizados, entre los que se destacan importantes clientes como Tecme (Planta producción – Oficinas administrativas), Pritty (planta en Córdoba), Helacor (cámara de congelados), Apex (remodelación de oficinas), Sendbox (planta logística), Calisa (depósito de congelados), entre otros.

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Entre las soluciones que elabora Depro Ingeniería y Arquitectura, se destaca el desarrollo de un masterplan para relevar los problemas y necesidades de las empresas y, a partir de ahí, elaborar un plan de cambios y crecimiento.

“Analizamos el negocio de cada empresa y vemos si los cambios que necesitan son realizables. Elaboramos un plan detallando todos los pasos a seguir y proyectamos el rendimiento a futuro que tendrían tales modificaciones. Antes de empezar a ejecutar las soluciones el cliente ya sabe todo el espectro del negocio y vio si el retorno de inversión que va a realizar es viable para lo que va a hacer”, explica Gustavo Radyk, socio fundador de la firma, y agrega: “somos una herramienta que ayuda a las pymes para analizar cambios y ser más rentables”.

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Enfocados en la digitalización, están lanzando una nueva solución para empresas. Se trata de “gemelos digitales” que reproducen de forma precisa lo que vemos en el mundo físico pero en el ámbito virtual, como plantas industriales, fábricas, edificios, entre otras. En simples palabras… ves toda tu empresa en la computadora. Estas réplicas virtuales permiten analizar procesos reales, experimentar con objetos físicos que ya existen y crear escenarios hipotéticos para predecir comportamientos.

“Nuestro objetivo es colaborar con proyectos de infraestructura, edificación (cubierta y descubierta) e instalaciones. Apuntamos a que el negocio funcione, le damos soporte con servicios de arquitectura e ingeniería”, comenta Radyk.

Actualmente tienen clientes en Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos y recientemente concretaron un proyecto con Constellation Brands, firma que produce, envasa y distribuye la cerveza Corona del mercado mexicano para Estados Unidos. “Nos contrataron para supervisar la instalación de un almacén automático con tecnología similar a que aplicó Grido”, explica.

El año pasado, Depro cerró 35 contratos con empresas para desarrollar un masterplan y proyectos ejecutivos. Este año la expectativa es mantener esa cifra y crecer un 10%.

Estos argentinos crean una inteligencia artificial que transforma la toma de decisiones

Fuente: IProfesional – Ofrecen una herramienta impulsada por inteligencia artificial que cambia la forma en que las organizaciones acceden, analizan y utilizan sus datos.

La toma de decisiones basada en datos es fundamental para el éxito. Sin embargo, el gran desafío al que se enfrentan las organizaciones es estructurar esos datos, curarlos y transformarlos en información accionable.

Teramot, una compañía inicial («startup») argentina, apunta a resolver ese desafío con una herramienta impulsada por inteligencia artificial (IA) que cambia la forma en que las organizaciones acceden, analizan y utilizan sus datos con el objetivo de generar perspectivas («insights») de negocio.

El equipo de esta compañía cuenta con 25 años de experiencia en inteligencia artificial y está encabezado por Bruno Ruyu, director general ejecutivo de Teramot, quien cuenta con un posgrado de negocios en la Universidad estadounidense de Stanford; Lucas Uzal, cofundador y CAIO (sigla por Chief Artificial Intelligence Officer); y Leonardo Ruspini, director de tecnología (CTO, sigla en inglés) y también cofundador de Teramot.

Estos tres expertos en tecnología comenzaron su recorrido mientras estudiaban juntos en el Instituto Balseiro, una de las mecas tecnológicas argentinas ubicada en la ciudad rionegrina de San Carlos de Bariloche.

Aunque por muchos años realizaron su carrera por separado, su pasión por los datos los reunió para darle vida a Teramot. Ruyu y Uzal comprobaron la viabilidad de que este proyecto luego de trabajar para YPF y crear productos que generaran herramientas a través de la inteligencia artificial. En la siguiente entrevista de iProfesional, Ruyu explica las características y las perspectivas de Teramot:

-¿En qué se diferencia Teramot de otras herramientas de IA?

-La IA existe hace mucho tiempo y la usamos desde hace años casi sin darnos cuenta. Por ejemplo, las recomendaciones de Netflix se generan con algoritmos de IA. O mucho más simple, el modo Retrato de la cámara de los celulares también lo hace.

Captura de pantalla del sitio web de Teramot.

Captura de pantalla del sitio web de Teramot.

En el último tiempo apareció ChatGPT que es una IA de lenguaje natural, y puso al tema sobre la mesa. Sin embargo, todas estas son herramientas para el uso del consumidor final, donde no hace falta saber mucho para empezar a usarlas. Casi cualquiera de nosotros aprovecha el valor de estas tecnologías inmediatamente.

Sin embargo, el uso de IA en las empresas -hasta ahora- requería tener un equipo especializado de profesionales para poder implementar soluciones de IA, los llamados ingenieros y científicos de datos.

Lo que diferencia a Teramot, es que construimos una herramienta que permite a las empresas usar IA sin un equipo especializado. Cualquier empresa puede empezar a usarlo, y es tan fácil como por ejemplo usar Zoom para una videollamada.

-¿Qué tecnologías aplica Teramot para organizar grandes volúmenes de datos de forma autónoma y responder a las consultas de los usuarios?

-Teramot está basado en un desarrollo tecnológico que inventamos y nos llevó casi dos años desarrollarlo. El año pasado presentamos la patente en los Estados Unidos, porque realmente creamos algo diferente y único.

Para entender cómo funciona, hay que imaginarse como un gran equipo de distintas inteligencias artificiales, como muchos ChatGPT por ejemplo, donde cada uno tiene una tarea concreta y distintiva.

En un dado momento puede haber cerca de 30 o 35 de estas IA trabajando al mismo tiempo y en perfecta coordinación para lograr el objetivo de interpretar la información que la empresa tiene en sus sistemas, limpiarla, procesarla, realizar cálculos complejos y finalmente dar recomendaciones sobre decisiones de negocio. Por ejemplo, identificar cuáles clientes tienen mayor riesgo de darse de baja de un servicio y sugerir una estrategia de retención.

Estos argentinos crean una inteligencia artificial que transforma la toma de decisiones

-¿Cómo se integra a plataformas de mensajería instantánea y colaborativas como Whatsapp, Slack o Teams?

-Cuando trabajaba como gerente de control de YPF, era el responsable de la gestión de toda la información de la empresa. Mi equipo de trabajo generaba 90 reportes mensuales, pero siempre, había algo que los directivos querían saber que no estaban en esos reportes, y terminaban mandándome un WhatsApp para que les responda inmediatamente.

Esa misma idea la llevamos a Teramot, porque entendemos que es mucho más fácil y cómodo pedir algo que ir a buscarlo. Entonces hicimos que Teramot pueda responder por donde las personas de las empresas están acostumbradas a hacerlo. En América latina, WhatsApp es lo más elegido, pero también Microsoft Teams y Slack se usan mucho.

Sin embargo, es importante destacar que el chat es solo la última parte de Teramot. Hoy en día es muy fácil hacer un chat inteligente para hacerles consultas sobre un archivo tipo Excel. El verdadero valor de Teramot está en su capacidad de alimentarse con todos los datos de los sistemas de la empresa, sin necesidad de un equipo haciéndolo.

-¿Qué ventajas tiene Teramot frente a sus competidores?

-Hoy se pueden encontrar varias alternativas que se promocionan como un «ChatGPT entrenado sobre la información de tu empresa». Pero cuando se quieren implementar, requieren un trabajo de ingeniería de datos que puede llevar meses y que sin dudas representa un costo muy elevado.

Lo que hace Teramot, que hasta ahora ninguna otra empresa tecnológica ha logrado, es que todo ese proceso de organización de la información suceda en forma automática y en minutos. Y esa es la verdadera barrera que bloquea a la mayoría de las empresas para implementar IA, lo costoso, lento y trabajoso que es recorrer un proceso de ingeniería de datos. Teramot les brinda una experiencia sin precedentes y que permite que una empresa empiece a operar como una nativa digital en menos de un día.

-¿Cómo afrontan el desafío de la interoperabilidad de los datos, y los datos no estructurados que tienen las organizaciones?

-Esto tiene que ver con (…) la dificultad en la ingeniería de datos. Muchos piensan que el problema está en acceder o extraer la información de los sistemas. En realidad eso es un proceso estándar que se realiza con tecnología super establecida.

De izquierda a derecha: Bruno Ruyu y Lucas Uzal.

De izquierda a derecha: Bruno Ruyu y Lucas Uzal.

La verdadera dificultad tiene que ver con una sutileza: para que la información sirva para tomar una decisión, hay que ordenarla de una manera puntual. No hay una manera universal de organizarla, y ahí, en esa interacción entre el usuario de negocio y los equipos tecnológicos es donde se dan los cortocircuitos.

Te doy un ejemplo de esto. Imaginemos un banco tratando de analizar las transacciones que hacen sus clientes. Si el usuario que quiere hacer una análisis es del equipo comercial, le va a interesar ver el detalle de todas las transacciones, entendiendo por ejemplo qué tipo de cosas compras, que monto tiene cada operación, quiere ver detalles.

Ahora si el usuario es del equipo de antilavado de activos, va a querer ver los montos de transferencias totales que una persona recibe y envía. La información para este análisis requiere organizarse de una forma muy distinta que para el primero. Y ambas son correctas, solo que se usan para análisis distintos.

-¿Dónde se alojan los datos que procesa la plataforma de Teramot? ¿En el cliente, en servidores propios, en servidores de proveedores de nube?

-Teramot toma la información de los sistemas originales de las empresas, o de archivos si fuera necesario, y todo el proceso de ingeniería de datos sucede en los servidores de nuestro proveedor de nube. Esto es necesario para que el proceso de interacción con los agentes de IA sea eficiente y soporte grandes volúmenes de datos en forma escalable.

-¿Cómo buscan evitar los sesgos en el desarrollo de la implementación de IA en un cliente?

-Esto es algo que siempre nos consultan, cómo evitar sesgos y alucinaciones. La clave está en la especialización de la IA. ChatGPT alucina y responde con sesgos porque es una tecnología tremendamente amplia.

Está hecha para que la usen personas de todos los países, edades, trabajos, y puede hacer resúmenes científicos, escribir poemas o redactar mails. Para lograr esa amplitud, el precio a pagar son las alucinaciones y sesgos.

Estos argentinos crean una inteligencia artificial que transforma la toma de decisiones

En cambio, como Teramot dentro de una organización tiene un objetivo mucho más concreto y acotado, es posible evitar esos problemas, puesto que su misión es ayudar en las decisiones de la empresa, basándose en sus datos y nada más.

-¿Cómo garantizan la seguridad de los datos de una empresa cliente?

-Entendemos que garantizar la seguridad de los datos de nuestros clientes es la prioridad número uno, y es por eso por lo que desde el momento que empezamos a construir Teramot, nos basamos en las mejores y más estrictas prácticas de seguridad de la información. Estamos en proceso de certificar ISO 27001 que es la norma que da certeza de nuestros procesos en dicha disciplina.

Algo que a veces nos consultan, es si acaso por estar en la nube no hay mayores riesgos. Y ahí yo siempre respondo, que si ellos son capaces de proteger mejor su información que Google, Microsoft o Amazon, entonces deberían cambiar de negocio y venderles esa tecnología a ellos. No hay lugar más seguro para tener la información que en esas nubes.

-¿Qué condiciones y requisitos tecnológicos y culturales debe tener una empresa que quiera aplicar la plataforma de IA de Teramot?

-Creo que diste en la clave con la pregunta sobre la cultura. La tecnología no impone ningún requisito. Podemos manejar prácticamente cualquier tipo de bases de datos, e incluso tomar los datos de planillas de cálculo. Obviamente, la información necesita estar digitalizada, eso sí.

Respecto a la cultura, lo único que se necesita es la voluntad de tomar mejores decisiones, decisiones basadas en evidencias. Hay empresas que prefieren tomar decisiones basadas en percepciones, instinto y no quieren ver sus datos. Para ellos Teramot no va a ser de utilidad.

Algo de lo que estamos orgullosos en Teramot es que ahora estamos dando realmente la posibilidad de elegir a las empresas y a sectores dentro de empresas sobre cómo gestionar. Hasta ahora era fácil asumir que los tomadores de decisiones «no eran inteligentes» al no usar su información, pero lo cierto es que había barreras que lo impedían. Teramot elimina esas barreras, y ahora sí es una decisión. Quien quiera gestionar como una empresa nativa digital, ahora puede. 

Parte del equipo de Teramot basado en Rosario.

Parte del equipo de Teramot basado en Rosario.

-¿Cómo fue el proceso por el cual volvieron a reunirse luego de su etapa de estudiantes en el Instituto Balseiro en San Carlos de Bariloche?

-La última vez que nos vimos en Bariloche fue en el año 2006. Ahí cada uno siguió su camino. Lucas y Leo se fueron a hacer sus doctorados a Rosario y Noruega respectivamente. Y yo me fui a Buenos Aires a trabajar en Techint.

Luego de pasar por YPF, decidí volver a Rosario (de donde yo soy originalmente) para poder seguir mi deseo de liderar las iniciativas de inteligencia artificial y datos en una aseguradora. Ahí en Rosario, a fines de 2018, busqué a Lucas para tomar un café y ofrecerle que se sume al equipo que yo estaba armando.

El éxito fue a medias, porque esto motivó a Lucas a dejar su puesto de investigador de Conicet para lanzarse al mundo corporativo, pero no logré que venga conmigo. Por suerte, un año después lo convencí y ahí en 2019 empezamos a trabajar juntos.

Tres años después, cuando ya veíamos que la revolución de inteligencia artificial era inminente, decimos dejar ese trabajo y ahí empezamos la idea que derivó en Teramot. Afortunadamente, durante todo ese tiempo, nos manteníamos en contacto con todo el grupo de amigos del Balseiro por WhatsApp, y cuando comentamos que estábamos iniciando un proyecto juntos, Leo nos escribió por privado que quería sumarse. ¡Así que obviamente lo incorporamos!

-¿Cómo es hoy la operación de Teramot?

-Hoy somos 11 personas en Teramot. Y trabajamos con un esquema híbrido, el equipo que investiga y construye la tecnología de inteligencia artificial está físicamente en una oficina en Rosario, con Lucas y yo. Mientras que el resto del equipo es remoto, empezando por Leo que está en Noruega.

El producto lo lanzamos como MVP en noviembre, y hoy seis meses después tenemos 12 clientes, que fuimos incorporando en forma controlada. Porque en esta primera instancia buscamos obtener feedback de ellos para mejorar el producto y entender el valor que les generamos.

Bruno Ruyu

Bruno Ruyu

Estos clientes están mayoritariamente en la Argentina, que entendemos es un gran lugar para empezar el proceso exploratorio y de crecimiento. Aunque también tenemos un cliente en Brasil y otro en Paraguay. Actualmente estamos conversando con algunas empresas en México y Colombia que se mostraron interesadas.

-¿Cuáles son los planes y metas para lo que resta del 2024?

-Como hito más relevante para 2024 va a ser justamente el inicio de la estrategia de crecimiento. Para julio tenemos previsto abrir nuestra oficina en Silicon Valley y desde ahí iniciar la adquisición de clientes en USA.

Los más grandes avances en el mundo de la IA vienen de ahí, y siendo un participante activo de ese ecosistema desde que hice mis estudios en Stanford, tenemos mucha confianza y validación de que el producto de Teramot tiene el potencial de lograr imponerse en el mercado estadounidense.

A veces uno estando en la Argentina siente que todo lo que se hace allá es mejor, y que es imposible competir. Pero cuando uno puede verlo desde adentro, logra mucha mayor confianza de lo que hace.

El talento que tenemos en la Argentina es fenomenal, y además estamos acostumbrados a trabajar con un nivel de incertidumbre estructural gigante. Esto es un fit cultural perfecto para las startups de tecnología profunda.