En la última década cerraron más de 50.000 empresas

Fuente: Cronista – El presidente de CAME asegura que muchas se vieron obligadas a pasar a la informalidad y se incrementó la presión tributaría sobre los que permanecieron en blanco. Pide una reforma laboral que contemple nuevos formatos y leyes que beneficien al segmento

Alfredo González llegó a la presidencia de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) en abril de 2021. Atrás había quedado lo peor de la pandemia que, para el segmento, significó el cierre de cerca de 25.000 empresas, según datos de la propia entidad.

«Muchísimas microempresas se transfirieron al sector informal y hoy siguen ahí. Y usan las herramientas nuevas para para sobrevivir en la informalidad«, señala y destaca que la situación pone presión para aquellos que se mantienen en blanco.

González llegó a CAME como representante de la Federación Económica del Chaco (Fechaco). En su provincia es propietario de Centroficina, una pyme dedicada a la elaboración de muebles y equipamiento para oficinas y el hogar, y vicepresidente de la Bolsa de Comercio de Chaco.

¿Qué está pasando hoy en el sector y cuáles son los problemas que están enfrentando las pymes?

Creo que se vive una crisis macroeconómica indudable, que es transversal a todos los sectores. Pero las pymes y los empresarios argentinos tienen un poder de subsistencia y de resiliencia admirable. Yo creo que debemos ser de los empresarios en el mundo con más dificultades. Y no son siempre las mismas. Esta crisis no es igual que la del 95 y no es la misma que la del 2001 o la del 2013. Las situaciones son distintas, pero se trata de siempre de salir adelante. Lamentablemente somos muchas menos empresas que hace 10 o 12 años. Hoy hay casi 50.000 empresas menos y eso se puede ver en la gran cantidad de informalidad que hay, no solamente laboral, sino también comercial. Hay un gran submundo micropyme que subsiste fuera de la legalidad por distintas razones. Y la pandemia aceleró mucho más el fenómeno. Muchísimas microempresas se transfirieron al sector informal y hoy siguen ahí. Y usan las herramientas nuevas para para sobrevivir en la informalidad. Eso, por supuesto, golpea también a la parte formal del mercado. Somos cada vez menos los que estamos dentro de la formalidad y sentimos mucho más todavía la presión tributaria, porque somos muchos menos los que pagamos. Muchas pymes están tecleando y la tentación de pasar a la informalidad es muy grande.

¿Qué debería pasar para que esto no siga pasando?

Es necesario tener un debate real sobre la organización tributaria de la Argentina. Nosotros decimos que la única certeza es la incertidumbre y ahora podemos agregarle que en el sistema tributario argentino la presión es grande. Si vos me preguntas qué se debería sacar, no tengo la menor idea. Te puedo llegar a decir bajar el IVA, sacar ingresos brutos, pero lo que es indudable es que se tiene que ordenar. No podemos tener tantos impuestos. Son como 150, pero solo 12 son los que capturan el 80% del total. Hay que hacerlo un poco más viable y tener sectorizado. Las micro y las pequeñas necesitan tener políticas diferenciadas.

Hoy tenés al que está 100% en la informalidad, el que es un poco monotributista y un poco en negro. Y terminás teniendo muchos que no quieren seguir creciendo porque automáticamente en el momento en que se hacen responsables inscriptos, el Estado los castiga con un 35% de ganancias, 21% de IVA y comenzamos a sumar. Entonces yo creo que si hay política diferenciada, ahí van a entrar muchísimas microempresas. Si cuantificáramos los dólares que se están comercializando y la cantidad de negocio que hay en la informalidad comercial en la Argentina, le rascamos el talón a alguno de los grandes rubros que hoy son estrellas.

Frenar la inflación

En los últimos meses se aceleró, la inflación. ¿Qué están haciendo las pymes para mantenerse funcionando y que no haya rotura de la cadena de pagos o quiebres de stock?

Es admirable el trabajo estamos llevando adelante. Hoy no tenemos precio de referencia, hay semanas que no tenemos absolutamente nada de crédito de proveedores. Y esas semanas son cada vez más en este tiempo electoral. Uno trata de cubrirse con el poco stock que tiene porque no tenemos una capacidad como para poder mantenernos. Estamos en alerta 24/7 y viendo cómo al vender se consigue una cierta certeza de que se va a poder reponer el stock de ese producto. Hablé un poco de la cintura del empresario pyme argentino porque no tiene la capacidad financiera como para decir el lunes no abro este o el viernes cierro. Hay un dicho que dice que la necesidad es la mejor cara de la inventiva. Uno comienza a agudizar el ingenio como para poder salir adelante y eso es lo que continuamente hacemos.

No debemos acostumbrarnos nunca a esta situación, porque es anormal. Tenemos que tratarla de esa forma. Desde CAME estamos para ayudar a que esta situación mejore, pero, no depende de nosotros. Eso depende de la macroeconomía y de los gobiernos de turno. Nosotros tenemos que encontrar la manera de por lo menos no naufragar. Nosotros tratamos de generar la mayor pervisibilidad posible

¿Cuál es el mayor reclamo que como sector tienen hoy para hacer en el gobierno?

Que se le ponga freno al proceso inflacionario. Esa es la madre de todas las batallas. No soy economista . Aquí en CAME todos los dirigentes somos empresarios pequeños medianos y algunos micro. No sé si eso es bueno o malo, pero a nosotros no nos lo cuenta nadie. Vivimos el día a día. En mi caso, soy un industrial y comercial. Cuando termina mi labor dirigencial, me pongo con la empresa que tengo en la provincia del Chaco y así le pasa a todos los dirigentes.

Mencionaba recién el acceso a la financiación, casi no hay crédito bancario, no es fácil acceder al mercado de capitales y prácticamente lo único que les queda es el crédito comercial. ¿Cómo está hoy la cadena de pagos?

El sistema financiero argentino no es propenso a financiar el sector productivo. De hecho, la misma Ley de Entidades Financieras es totalmente leonina, y está muy dirigida al sector financiero y no al sector productivo. Creo que ahí se debe comenzar la charla. Después los ministerios provinciales y nacionales son lo único que de alguna manera todavía siguen traccionando con algunas tasas subsidiadas. Pero estamos hablando de un 60% cuando el margen de ganancia es del 35 o 40%. Nosotros colaboramos aquí con información. Tenemos un muy buen trabajo hecho con los bancos estatales, pero la realidad es que es muy poco el crédito que se toma. Además, la capacidad financiera de las pymes es mínima y eso hace que sea bastante difícil.

Hay que reconocer que a través de la Comisión Nacional de Valores se ha hecho un trabajo muy interesante en los últimos tiempos para acercar las herramientas del mercado de capitales al sector. Se han emitido obligaciones negociables, se les enseñó a las pymes a trabajar con cauciones y no para la timba financiera sino para poder hacer la inversión en el momento justo. Esos son un poco los ejes de la gestión que llevamos adelante: la educación financiera y la digitalización de las pymes.

Acceso al mercado de capitales

Para emitir una ON hay que abrir los libros y eso todavía genera resquemor en muchos empresarios…

Todavía pesa mucho todavía eso del empresario que quiere mantener la información para sí mismo. Pero ya no tanto como en otras épocas. Hay una nueva generación de empresarios- y no hablo solamente está en una cuestión etaria, sino de mentalidad- que lo están entendiendo. De hecho hubo una cantidad bastante importante de ON y otro tipo de herramientas que se emitieron. El gran eje de nuestra gestión es justamente la educación financiera y la digitalización. Hablo de los procesos, no solamente del tema de vender en Internet y demás. Lo más importante es digitalizar los procesos para tener acceso mucho más rápido a este tipo de instrumentos. Hay muchísimas pymes que están en condiciones autofinanciarse a un costo muy conveniente. Este es un trabajo importante que está en pleno proceso. Yo tuve la suerte de poder ser creador de la Bolsa de Comercio de la provincia del Chaco, que tiene hoy ya casi 14 años. El objetivo de crear la Bolsa fue justamente acercar el mundo financiero a las pymes. De hecho, la primera ON pyme se emitió en Chaco.

¿Qué pasó en estos diez años para se haya reducido tanto el número de pymes?

Hubo distintas situaciones, pero principalmente la pandemia, que agarró a muchísimas empresas en una debilidad financiera y económica que les impidió mantener su negocio abierto. Casi el 50% de las empresas que desaparecieron lo hizo en ese período. Yo les recuerdo a los candidatos que hoy están en carrera que deberían poder llevar adelante políticas diferenciadas para las pequeñas y medianas empresas. No solo para sostenerlas, sino también para volver a traerlas a la legalidad.

El monotributo funciona hasta cierto punto, pero cuando uno cae en el Régimen General se empieza a pagar muchísimos impuestos.

El monotributo está bien, pero debería generarse un sistema intermedio entre el monotributo y el responsable inscripto, que siga la lógica del crecimiento. Uno genera un emprendimiento que luego, después de los cinco años, pasa a ser una empresa para ganar dinero y para ser perdurable. No lo pone para cerrar, no abre una empresa o un emprendimiento para cerrarlo, a lo sumo buscará venderlo para que siga creciendo. Es en ese punto intermedio donde se debe trabajar, con un tiempo de standby de la parte tributaria para ayudar a quien está creciendo. No deberíamos seguir castigándolo, sino que hay que ayudarlo a que se desarrolle y genere una empresa perdurable.

Después está el tema laboral y las empresas que no quieren tomar empleados para evitarse problemas y futuros juicios…

Es algo que nos afecta mucho. Te hablaba antes de que era necesario un ordenamiento tributario. El otro eje fundamental es el laboral. Yo creo que se debe tener una adecuación laboral a los tiempos nuevos, sin pérdida de derecho adquirido. Quiero resaltar eso, porque si no, rápidamente. se entiende mal. Hay que generar nuevas condiciones en estos nuevos tiempos para muchos formatos laborales que no son tenidos en cuenta. Desde el año 75 que no se toca el tema y creo que la mayoría de los sindicalistas se están dando cuenta. Hay una cantidad enorme de personas que no quieren estar dentro de algunos regímenes, entonces estamos complicados porque no están ni uno ni el otro y están a la intemperie, sin ninguna de ninguna protección. Es fundamental crear condiciones para incluir a los nuevos formatos laborales y también cuidarlos. Por más que los abogados y los jueces se enojen, la industria del juicio es una realidad y cada vez es peor. Hay una resolución de la Cámara del Trabajo aquí de la Ciudad de Buenos Aires que prácticamente cuadruplica los porcentajes de intereses sobre un juicio perdido. La tasa anual del juicio estaba en 192%, cuando la tasa referencia del Banco Central estaba en 100%. Y a eso hay que sumar intereses sobre intereses. Estamos hablando de que se paga cinco o seis veces más un juicio laboral por una cuestión de intereses.

Se debe trabajar con un proyecto de ley que contemple los nuevos formatos laborales y que también impulse a las pymes a tomar personal. Muchísimos colegas no quieren seguir creciendo porque tienen que tomar personal.

¿Cuáles son esos nuevos formatos?

Hay muchísima gente, principalmente en la economía del conocimiento, que no quieren estar enrolados dentro de un sistema que le limita el crecimiento. Para ellos hoy es casi normal ser freelance. Las personas pueden trabajar en cuatro o cinco lugares, cuando antes era impensado y está dentro de la normalidad y se tiene que legalizar eso. Se tiene que tiene que tributar de alguna forma para que tengan cierta seguridad. Ahora esos trabajadores no están protegidos. Están totalmente fuera de la ley. Hoy hay un montón de plata que uno pone en aportes patronales, que no van al empleado pero que el empleador tiene que poner de todas maneras. Hubo algunos atisbos de rebajar las cargas patronales para las pymes, pero finalmente todo queda en la nada.

¿Debería haber un régimen diferente de aportes para las pyme?

Sí, totalmente. Tenemos las mismas condiciones que una gran empresa para poder aportar al fisco, pero no tenemos la misma espalda ni la misma realidad de una gran empresa. No hay ningún tipo de diferencia y la verdad que deberíamos tener políticas diferenciadas. Esperemos que el año que viene el Congreso realmente comience a funcionar. 

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