Tomi Karagozian: «Los empresarios tenemos que empatizar más con la sociedad»

Fuente: BAE ~ Con apenas 32 años, Tomi Karagozian es la tercera generación de la mayor empresa de hilados de la Argentina y presidente de la UIA Joven.

Una nueva generación de empresarios busca acercar las industrias a la gente. Con 32 años, Tomi Karagozian es director ejecutivo de TN&Platex, Presidente de la UIA Joven y tercera generación de una familia que construyó la empresa de hilados más importante de Argentina y ahora suma la confección. En el marco del 25 Aniversario de BAE Negocios, Karagozian reflexionó sobre el futuro del país, la industria y su empresa.

TN&Platex tiene seis complejos fabriles en seis provincias  y da trabajo a 1600 personas, en breve abrirá tres fábricas más y sumará 700 empleados. Tomi Karagozian se las ingenia para recorrer el país junto a sus pares de UIA Joven para conocer la industria desde el interior profundo.

¿Cuáles son los principales desafíos y potencialidades que le ves a Argentina en los próximos 25 años?

-“Estamos por inaugurar tres fábricas, algunos nos dicen que estamos locos, pero somos optimistas y nos guiamos por lo que sentimos y no por lo que algunos dicen. Siempre digo, que tengo un problema, al igual que mi viejo y mi abuelo que es el exceso de optimismo. La verdad que nosotros como industriales tenemos ese arraigo y ese orgullo de generar trabajo. Creo que Argentina tiene grandes oportunidades hoy estamos en un momento coyuntural complejo pero por las necesidades que tiene el mundo, por ciertas cosas que vivió Argentina y por el optimismo que tengo con nuestra generación creo que las cosas van a cambiar. Como empresarios no queremos que el 90% de nuestros ingresos provengan de un solo cliente. Tenemos una enorme dependencia a un sector  que nos genera los dólares, esa presión que se le está haciendo al campo creo que es injusta. Argentina, con sectores como los de hidrocarburos minería y servicios basados en conocimientos, tiene que poder hacer cambios estructurales y licuar un poco la dependencia. La pregunta es cuando tengamos los dólares, vamos a hacer un desarrollo industrial y federal  o queremos tener el 38% de la población concentrada en el AMBA”.

-Sos de una nueva generación de empresarios que recorre el país, abre las fábricas a la gente. Qué descubrís en tus viajes.

-«Nosotros somos parte de una generación industrial que respeta mucho a quienes están, que aprende, pero vamos haciendo nuestro propio camino. El año pasado recorrimos 17.000 kilómetros, 14 o 15 provincias. Soy industrial e igual tengo preconceptos. Una de las cosas que tenemos que cambiar, militando el territorio, dialogando, estableciendo vínculos de confianza es empezar a derribar preconceptos de manera multisectorial, industriales con industriales, industriales con otros empresarios, industriales con la parte sindical. Queremos conocer el entramado productivo a nivel federal, a nivel sectorial, hablar con los fundadores entender como fundó su compañía, sus problemas y oportunidades. Mi viejo y mi abuelo me hicieron textil y la UIA me hizo industrial. Me hizo entender que cuando uno solo defiende su sector, la sociedad y los dirigentes interpretan que está cuidando su bolsillo. Tenemos que entender que todos somos parte de un todo. Los textiles somos parte de la industria, los industriales somos parte del empresariado, el empresariado es parte de la Argentina. Tenemos que hacer un esfuerzo para acercarnos y salir de la zona de confort y a partir de ese diálogo, empezar a buscar esos consensos. Cada tres o cuatro años, cambiamos las reglas de juego. Tenemos que buscar de manera transversal establecer ciertas bandas a largo plazo, que se decida pero desde ahí adentro».

-Qué sentís que les falta a las industrias para crecer, ¿Cuáles sectores crees que están invirtiendo y proyectándose a los próximos 25 años?

-“Voy a mi sector, a veces nos dicen vos no son competitivos. Vos sabes la diferencia entre competitividad y productividad,  muchos no me saben responder. La productividad es lo que pasa puertas adentro de nuestras fábricas y la competitividad es lo que pasa puertas afuera. Hay muchas variables que los industriales no controlamos. Los industriales privados solo tenemos 10% de acceso al crédito sobre PBI contra países como Brasil que tienen el 70%, contra Chile que tiene arriba del 100%. Nos faltan rutas, tenemos una alta dependencia del Puerto de Buenos Aires, Cuyo no puede salir por Chile, tenemos bajo acceso al crédito, tenemos un sistema impositivo que no promueve el valor agregado. El objetivo de generar diálogo es poder discutir de manera multisectorial, temas estructurales de fondo para que no haya variables que no controlamos que terminen afectando la competitividad de nuestros sectores”.

25 de BAE con Tomi Karagozian
Tomi Karagozian en los 25 años de BAE Negocios

-¿En qué se diferencia tu generación de empresarios a las anteriores?

-Tengo 32 años y vivo una situación muy distinta a la que vivió mi padre a mi edad, eso me permite tener mayor tranquilidad en un país democrático para dedicar mucho más tiempo a la construcción de esos consensos. Creo que hay oportunidades, la comunicación se democratizó bastante. En el pasado, las fábricas eran un lugar hermético, cerrado. La gente, la sociedad, las comunidades no sabían lo que pasaba ahí adentro y ahí se generaban esos preconceptos de qué es lo que pasa adentro. Nosotros tenemos fábricas en varias provincias, pero tenemos una fabrica en Monte Caseros, Corrientes, ahí están las cenizas de mi abuelo. Imaginate lo importante que es para nosotros. Ahí no tenían acceso a la fábrica y se hablaba como si fuera algo malo. Nosotros como generación, hoy tenemos nuevas herramientas para abrir nuestras fabricas de manera digital para mostrarle a nuestra sociedad como se produce en la Argentina lo que ellos consumen todos los días. Es el rol que tenemos los industriales y los empresarios. En vez de echarle la culpa a los que nos critican tenemos que hacer una autocrítica. Por qué damos esa imagen, capaz es porque nos la merecemos en no haber dedicado tiempo, esfuerzo y dinero en demostrar quiénes somos y qué hacemos. Nuestro mayor orgullo es generar trabajo. Hay herramientas que al democratizar la comunicación nos permiten mostrar que hacemos, como producimos y creo que eso va a ser un antes y un después en el vínculo que los industriales tenemos con la sociedad. No es que lo hacemos mejor que la generación anterior, tenemos herramientas que nos facilitan el trabajo”.

-Cómo te imaginas que va a cambiar ese vínculo con la gente?

-“La empatía es un tema central en las sociedades. Uno no puede querer lo que no conoce y uno empieza a querer, cuando conoce. Si la sociedad no ve como se produce en Argentina, si no tiene acceso tampoco nosotros podemos pedirle que nos quieran. Me parece que no es una posición altruista es una posición de fortalecer a nuestro sector, tenemos que empatizar más con la sociedad que compran algo y no saben cómo se produce”.

-¿Crees que la educación puede ser un pilar para repensar la matriz productiva?

-“La educación hay que repensarla. Queremos ser como un Tinder industrial que pueda lograr hacer match con mundos que están separados. A veces vemos que la educación y la producción van por caminos separados. La demanda laboral no matchea con la oferta educativa. El departamento de educación de la UIA busca entender las necesidades técnicas que hay en cada región. Si logramos en ciclos más cortos y enfocados generar carreras o cursos a partir de la demanda laboral de la zona, creo que vamos a tener una mayor salida laboral más eficiente. Hay que acercar el mundo educativo al mundo productivo y viceversa es un tema pendiente”.

-¿Cómo te imaginas a TN Platex dentro de 25 años?

“Hace cuatro o cinco años éramos una empresa muy distinta. No hacemos política partidaria pero es un dato de la realidad,  a nosotros como empresa y a nosotros como sector no nos fue bien. Pero así como no nos fue bien, nos hizo aprender que teníamos una empresa que era frágil para los vaivenes de la Argentina y a partir de eso cambiamos el modelo de negocios. Empezamos a integrarnos, nos volvimos una compañía más digital que cuida el centavo. Nos gustó empezar a conocer al consumidor con marcas propias, empezar a tener un ecommerce, salir de la fábrica y venderle al cliente final. Imagino en 25 años una empresa muy digital, una empresa más diversificada. Si bien exportamos entre un 6 o 7 %, el objetivo es exportar un 35%. Imagino una internacionalización de nuestra compañía a partir de nuestras marcas. Mi sueño es tener locales propios de Ciudadela en Madrid, Estados Unidos, creo que es posible. No es fácil entrar al retail para una empresa que nació industrial, pero yo creo que es posible”.

UIA Joven
Empresarios de UIA Joven recorren el país militando por la industria nacional

-¿De haber sido la principal empresa de hilados, ahora comenzarán a confeccionar?

-“Tal cual, en tres o cuatro meses empezaremos a confeccionar. En La Rioja y Catamarca se están formando dos polos textiles muy interesantes. Hubo una reducción de aportes patronales a la confección, muy zarpado. Lo que se está dando es que las grandes y formales empresas de confección están yendo a instalar sus plantas al interior del país y eso es lo que necesitamos”.


Justamente Catamarca es una de las provincias donde abrirán una planta. ¿Pensas que el norte está apostando mas al futuro?

-“Mira si yo tuviera que apostar plata al bitcoin o al norte se lo pondría al norte. Le tengo una fe tremenda, creo que hay muchos motivos para crecer y uno es la minería. El tema es, ¿vamos a tener la decisión política de desarrollarnos federalmente? Creo que es importante trabajar para el desarrollo de proveedores locales y regionales. Me parece que el norte tiene una oportunidad clave. La Argentina tiene una deuda pendiente con el federalismo,  hacen falta muchas cosas, conectividad e infraestructura. Yo le apostaría al norte”.

-¿A que industrias o sectores le apostarías, pensando en los próximos 25 años?

-“Hay un montón, uno que me encanta es la biotecnología. Hay empresas que están haciendo muy bien en acercar el mundo científico tecnológico al mundo productivo. Sin desmerecer al Conicet, hay veces que los estímulos no hacían que entren a las compañías. Hay empresas que están trabajando en acercar esos mundos y están armando empresas que desarrollan tecnología que no hay en el mundo. Es un sector al que como familia estamos apostando lo vemos como algo central.  Hay muchos sectores que pueden exportar, unos pueden exportar por costo, otros por diferenciación”.

 –Sos parte de una empresa familiar, ¿Cómo ves a futuro de este sector, esto de involucrar a los hijos y repensar las empresas entre todos?

– “En la UIA joven tenemos empresas que son cuarta generación, tenemos los Medoro de San Martín y los Rodríguez Prado de Tucumán, una empresa de 107 años que hace jabones. La historia es impresionante. Las empresas familiares son una pasión enorme, a veces uno no puede distinguir si el sábado está en la empresa o con la familia. Los buenos momentos se festejan en la familia y los malos momentos se sufren en la familia. Por supuesto yo estoy en una empresa familiar que ha tenidos buenos y malos momentos, pero siempre se preservó el contexto familiar. Es un desafío, es una pasión, a mí me despierta algo muy lindo todos los días. Yo me levanto todos los días y voy a mi empresa,  me encanta cruzarme con mi viejo, mis tíos o mi hermano o mis primas. Cada empresa familiar es un mundo y depende del contexto, nosotros somos felices. En la UIA Joven, entre el 70 y el 80% son empresas familiares”.

-Justamente fue Georgalos, una empresa familiar quien hizo uno de los grandes pases de marcas del año.

-“Sí, por supuesto Miguel Zonnaras, ex presidente de UIA joven, tercera generación. Me genera un orgullo tremendo. Que hayan tenido que vender su marca Mantecol en una crisis, lo que esto representa a nivel sentimental porque era una marca que ellos habían creado y que hoy la puedan recuperar, es como ganar la Copa del Mundo.  Veo su alegría y la de su familia y se me pone la piel de gallina”.

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