Argentina debería exportar e importar 50% más

Fuente: Cronista – El comercio exterior argentino arrojará muy probablemente en este año un conjunto de exportaciones de bienes por unos 86.000 millones de dólares e importaciones de bienes por unos 77.000 millones de dólares.

El comercio de servicios probablemente arroje este año exportaciones por unos 16.000 millones de dólares e importaciones por unos 25.000 millones.

Aquello supone un alza en ambos componentes, ventas y compras (emisivo y receptivo), aunque mucho más en las importaciones; debido a que provienen de un 2024 en el que la caída del PBI, las restricciones para los pagos en la primera parte del año y la devaluación de fines de 2023 las contrajo excepcionalmente.

El comercio exterior argentino, de todos modos, sigue (como ocurre desde hace lustros) en niveles muy bajos y si se analiza la evolución de las exportaciones medidas en volúmenes físicos -y no en dólares generados- se advierte que hace casi dos decenios que Argentina está casi estancada -mostrando en el periodo referido algunos años de leves alzas y otros de leves bajas, exhibiendo, así, en una hipotética explicación gráfica, una línea que ilustra una evolución a la manera de un serrucho sin tendencia al alza. Así, el comercio exterior argentino debe elevarse considerablemente en los próximos años si se pretende un comercio suprafronterizo acorde a las dimensiones del país.

Según el Banco Mundial, en su último registro anual (2023), el comercio exterior argentino (bienes y servicios; exportaciones e importaciones sumadas) representó el 23% del producto bruto de nuestro país. Los datos proyectados de 2025 permiten suponer que este ratio llegará a 27%. Lo relevante del caso es que ese ratio es (si se la compara, como se lo hace más abajo en esta nota) bajísimo: en el último registro anual del Banco Mundial, Latinoamérica alcanza 49%, los piases de ingresos medios también un 49% y el mundo todo un 59%. Pero lo relevante es que Argentina exporta e importa mucho menos de lo que su economía requiere. O mucho menos de lo que los países semejantes comercian en relación a sus productos brutos. En el último registro del Banco Mundial, el ratio comercio/producto bruto es 56% en Bolivia, 61% en Chile, 40% en Colombia, 58% en Ecuador, 73% en México, 90% en Panamá, 51% en Perú, 83% en Paraguay, 52% en Uruguay, 48% en Venezuela. Todos muy superiores a Argentina.

Según el Banco Mundial, en 2023 el comercio exterior argentino representó el 23% del producto bruto de nuestro país. Fuente: Archivo.

Argentina tiene un excesivamente escaso comercio internacional. Lo que se refirma en el hecho de que su participación en el comercio exterior total del planeta ronda el 0,3% (a mediados del siglo pasado rondaba el 1%). Ese ratio de 0,3% es similar al de participación del stock de inversión extranjera directa argentina en el stock total de inversión extranjera directa del planeta (también menor al esperable).

Conforme los datos del reciente 2024 (cuando Argentina exportó bienes por casi 80.000 millones de dólares), el complejo sojero es el de mayor participación en el total de exportaciones (24,6% del total exportado), seguido -entre los de mayor relevancia- en importancia por el complejo petrolero petroquímico (13,2% del total exportado), el automotriz (11,3% del total), el maicero (9,1% del total), el de oro y plata (4,8% del total), el de la carne y cueros bovinos (4,8%) y el triguero (3,5%). Luego (con menos participación) aparecen el pesquero, el del girasol y el lácteo. Al respecto, debe decirse que algo significativo es el crecimiento en importancia del complejo petrolero petroquímico que fue el segundo en 2024 generando el 13% del total mientras a inicios de esta década era el tercero y representaba el 7% del total.

Diversas transformaciones deberán ocurrir en Argentina para lograr niveles de exportaciones acordes a la dimensión de nuestra economía. Avanzar con las reformas impuestas por el presente gobierno parece crítico (estabilización macroeconómica, desregulación generalizada -que incluye la eliminación o morigeración de los obstáculos al comercio exterior- y avances en acuerdos económicos y comerciales con diversos mercados parecen indispensables).

La Argentina requiere incrementar cuantitativa y cualitativamente su oferta exportable (no se trata de lograr más mercados solamente, porque no tenemos un problema de demanda sino de oferta); lo que no solo supone mejor capacidad productiva inicial sino también mejor calidad de servicios para llegar a destino. Y ello también incluye la necesidad de acuerdos comerciales con diversos mercados que faciliten el tránsito de bienes y servicios por sobre las fronteras.

Así, Argentina debería, al menos, exportar e importar 50% más de lo que lo hace hoy (algo poco considerado cuando muchos advierten sobre los «riesgos» de exportar o importar más); para lo que se requerirá más inversión privada, mejor funcionamiento del aparato estatal, mejor logística y transporte, una consolidación de las reformas macroeconómicas (que están en marcha), mayor financiamiento disponible, alcanzar una convergencia tecnológica internacional y una elevación en la calidad de la dotación de capital humano.

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